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COMPORTAMIENTO EN PERROS - ORDENES CLARAS

COMPORTAMIENTO EN PERROS - ORDENES CLARAS

  Adiestramiento perros y gatos

EDUCACION DEL PERRO - ORDENES CLARAS Y SENCILLAS

La educación de nuestro perro requiere paciencia y tiempo. Una y otro, varían en función de múltiple factores, del entorno en que viva y de la compañía que tenga, tanto de sus dueños como de otras mascotas.

Conseguir su obediencia ayudará a su educación y a su respuesta a nuestras órdenes.

La educación y adiestramiento de nuestro perro debe avanzar  progresivamente desde órdenes básicas que es preciso ejecutar para poder evolucionar hacia otras de más complejidad.

Nuestra satisfacción y disfrute de la mascota será mayor cuando vayamos consiguiendo que obedezca órdenes como: sentar, tumbar, estar quieto, acudir a nuestra llamada y caminar con nosotros, etc..

LAS PRIMERAS ORDENES:

  • Sentado,
  • Quieto,
  • Acudir a nuestra llamada.

 Estas son fundamentales para conseguir que obedezcan  otras.

Cómo enseñarle las órdenes básicas

Refuerzo positivo – premios. La mejor forma de enseñanza para el perro y sirve para reforzar las respuestas adecuadas.

Refuerzo negativo – castigos. No se debe utilizar. La respuesta del perro puede ser contraproducente.

Para que obedezcan estas órdenes básicas iniciales, es suficiente con unos sencillos ejercicios específicos y la consabida paciencia, tranquilidad y continuidad de “todo buen maestro” para conseguir muy buenos resultados.

  • No debemos perseguir resultado inmediato.
  • Sesiones de adiestramiento cortas.
  • No cansar al perro, mucho menos a los cachorros.
  • Cada animal avanza a un ritmo. No forzarle
  • Cada sesión de menos de 5 minutos. Al día 2 ó 3 veces y juegos intercalados suelen dar buen resultado.

Sentarse.

Una vez que se ha conseguido obediencia a sentarse, ya es más sencillo que obedezca en otras situaciones.

Cuando un perro está sentado no se porta mal y además si está nervioso y le damos esta orden se calmará.

Enseñarle la orden "sit” no es muy difícil.

  • Es importante disponer de algunos premios o golosinas para que el perro disfrute a la vez que le enseñamos a obedecer. Deben ser fáciles de comer para no parar el adiestramiento. Si adiestramos un cachorro, asegúrate de que las golosinas sean blandas y pequeñas.
  • Con una golosina entre dos dedos y el resto cerrados contra la palma de tu mano, acércale la golosina a su hocico, a poca distancia, menos de un centímetro. Llama su atención. Una vez conseguida la atención en ti y en la golosina, llegas al siguiente paso.
  • Situar la golosina por encima de su cabeza y mantenerla ahí. El perro levantará su cabeza para intentar comer la golosina y bajará sus cuartos traseros y acabará sentandose. En ese momento, tan pronto como empieza a bajar su parte trasera, di “Sit”o “Sentado”, siempre la misma palabra. Así asociará el movimiento y la palabra para sentarse.
  • Cuando lo aprenda, le podrás dar la orden de forma anticipada.
  • Felicítale de forma efusiva y dale su premio.

Otros consejos

  • - Si situamos la golosina demasiado alta, el perro intentará saltar: situar la golosina más abajo y no la subas cuando levante la cabeza.

- Si el perro retrocede y no se sienta: hacer el ejercicio cerca de una pared, para que no se mueva fácilmente hacia atrás. Puedes guiarle con tu mano libre hasta la posición de sentado y no olvidarte nunca de felicitarlo y darle una golosina. Repitiendo esto varias veces, se conseguirá.
- Si el perro está nervioso: puede ocurrir si está próxima su hora de comer y en ese caso entrenarle a continuación de la comida. También puede ser porque le damos demasiadas golosinas en el ejercicio y en este caso utilizar golosinas menos apetecibles.
- Repetir el entrenamiento en lugares distintos.
- Si se levanta para coger el premio, no se lo damos y solo se le da cuando se vuelva a sentar.

Quieto

  • Si queremos enseñar a un perro a estar quieto, antes debe obedecer perfectamente a la orden de “sentado”.
  • Empezaremos indicándole que se siente, se le felicita y se le premia. Seguido se le dice “quieto” y se le marca la posición con la mano (nuestro brazo estirado y la palma hacia el perro), sin movernos nosotros. Si se consigue y no se mueve, felicitarle y darle una golosina.
  • Repetir el ejercicio pero dando nosotros un pequeño paso hacia atrás, volviendo a pronunciar “quieto” después de hacerlo y regresamos hacia el perro al tiempo que se repite “quieto” y si ha permanecido en la posición le daremos un premio.
  • Utilizar siempre la misma mano para señalar la posición y la otra para los premios.  Así evitamos que se levante porque huele a comida o espera un premio.
  • Con la repetición de esta orden, conseguiremos que obedezca desde más lejos o que permanezca más tiempo sin moverse.
  • No se deben aumentar a la vez la distancia y el tiempo. Si se quiere aumentar el tiempo  debemos mantener o reducir la distancia y ocurre lo mismo con la distancia.
  • También debemos utilizar una “orden de liberación”. Después de varios “quietos”, debemos indicarle con una palabra que el ejercicio ha terminado y que se puede levantar. Esta palabra puede ser “venga”, “vamos”, “arriba” etc.
  • Siempre hay que animar al perro para que se levante y entienda también que eso está bien. Si lo hace, le felicitaremos con cariño por haberlo hecho. 

Acudir a nuestra llamada 

  • Esta orden suele costar un poco más. Por eso, hay que aprovechar algunas situaciones para practicarla. Por ejemplo en casa, si se aproxima voluntariamente, debemos  aprovechar para decirle “ven” y darle un premio por venir  hasta nosotros. Así acaba entendiendo lo que significa la palabra “ven” y obedeciendo a ella.
  • Posteriormente puede practicarse en diferentes habitaciones con dos personas, una en cada habitación, llamando alternativamente cada una de ellas y premiándole con una golosina por acudir.
  • Después en la calle.

En esta situación, primero elegir un lugar seguro y sin distracciones o al menos con pocas.

  • No darle nunca la orden si existen evidentes distracciones. Darle la orden con  efusividad. Si nos ponemos en cuclillas se le motiva aún más.
  • Para evitar que asocie la llamada con la obligación de quedarse junto a nosotros, es muy bueno volver a dejarle que se aleje nuevamente.
  • Por último un truco,
  • Cuando queramos que venga para regresar a casa, nunca se le da la orden.
  • Podría confundirse o rehusar. Debemos aprovechar cuando esté cerca para sujetarlo, con su premio  correspondiente, claro.

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